Convergencia entre el uso y el disfrute de las nuevas tecnologías. Una propuesta desde la teoría constructivista de los valores

Enfoque

Introducción

Las nuevas tecnologías están revolucionando la vida de los ciudadanos. En general, tanto las viejas como las nuevas tecnologías están pensadas para facilitar la vida de las personas tanto en sus actividades profesionales como en sus momentos de ocio. En el caso de las viejas tecnologías esto era muy claro: existía una diferencia tajante entre las tecnologías de uso y las tecnologías de disfrute. En cambio, las nuevas tecnologías reducen cada vez más la distancia entre el uso y el disfrute, de tal modo que lo que hasta hace poco era considerado como mero uso, ahora empiezan a tomarse sobre todo como disfrute. ¿Cuáles son sus consecuencias?

Objetivos

Este trabajo tiene varios objetivos:

• Analizar la lógica de la convergencia del uso y del disfrute de las nuevas tecnologías desde la teoría constructivista del valor.
• Identificar los sesgos de valoración, llamados en situaciones extremas “perversiones axiológicas”, en el uso y disfrute de las nuevas tecnologías.
• Identificar algunas de las consecuencias de confundir el uso y el disfrute de las nuevas tecnologías.
• Proponer un modelo de gestión de valores en conflicto (uso-disfrute) en situaciones concretas.

Metodología

Análisis  de la documentación del campo extraída de las distintas bases de datos para, posteriormente, aplicar la teoría constructivista del valor a la interpretación de la convergencia entre uso y disfrute de las nuevas tecnologías.

Discusión

El tema planteado apenas necesita justificación en cuando a la expansión que las nuevas tecnologías están teniendo en la vida de las personas, sobre todo de los jóvenes, pero también de los mayores. Sí es necesario justificarlo en cuanto a las consecuencias que estas nuevas tecnologías pueden estar creando tanto en el ámbito profesional como en el resto de la vida diaria.

Desde la antigüedad los medios tecnológicos tenían un valor de uso, mientras que los fines eran considerados como poseedores de un valor intrínseco o de disfrute. Ahora, con las nuevas tecnologías, inadvertidamente, resulta que uso y disfrute, medio y fin, se unen hasta confundirse.

La sobrevaloración del disfrute sobre el uso de las nuevas tecnologías está propiciando, por ejemplo, que cada vez vivamos más inmersos en el mundo de lo visual e icónico en detrimento del mundo de lo textual. Ya existen estudios que analizan la huida de lo textual hacia lo visual en las redes sociales, lo cual está generando un debate sobre las enormes consecuencias en la maduración del pensamiento discursivo en los jóvenes, sobre todo en las fases de educación temprana. Por otro lado, el uso cada vez más rápido y fácil de las redes sociales está llevando a un mayor disfrute de las mismas, lo cual puede hacer perder el sentido de las mismas (un espléndido medio de comunicación), mermando la capacidad de interpretar la información textual y fiándolo todo a la interpretación meramente visual. De este modo, el antiguo aserto “una imagen vale más que mil palabras” se va haciendo verdad, no por la vía de las razones, sino de los puros hechos.

Resultados

Los efectos negativos que puede causar en los adolescentes el uso indebido de las nuevas tecnologías es hoy una preocupación de la mayoría de los padres. La sobreestimulación, la inhibición, el aislamiento social, etc. son algunas de las consecuencias de una excesiva exposición a las nuevas tecnologías. Pero todo ello no deja de ser fruto de una opción de valor que ha hecho nuestra sociedad. Por eso es preciso identificar y analizar las causas de la convergencia del uso y disfrute de las nuevas tecnologías. La teoría constructivista del valor da una interpretación plausible de este hecho y explica los distintos sesgos valorativos, cuando no perversiones. Se trataría ahora de aplicar esta teoría al uso de las nuevas tecnologías con el objeto de proyectar a la sociedad algunas de las motivaciones que hay detrás de los distintos procesos de valoración y así contribuir a una nueva educación en valores que tenga en cuenta la débil línea que separa el uso y el disfrute de las nuevas tecnologías.