Enfoque
La bioética es una ética aplicada que no ha hecho sino crecer de manera exponencial en el poco más de medio siglo de vida que tiene como disciplina. Como todo, cuenta con antecedentes. Uno relevante en el campo médico lo constituye la Asociación Médica Mundial, la cual surge tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Desde su inicio, ha tenido la convicción de generar directrices ética dirigidas a las asociaciones médicas nacionales que la componen (más de un centenar a momento actual). Algunas de sus Declaraciones son más célebres que otras; destacan la Declaración de Ginebra (una versión del Juramento Hipocrático adaptada para el mundo contemporáneo), o la Declaración de Helsinki (cuyo título ”Principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos” resulta más descriptivo del contenido). Prácticamente todos los años hay declaraciones nuevas o se revisan las existentes, ya sea para actualizarlas y mejorarlas, o para eliminarlas (sustituyéndolas o no). A finales de 2019 publicó la ”Declaración de la AMM sobre Inteligencia aumentada en la atención médica”. ¿Resulta una mejor elección el término ”inteligencia aumentada” que el de ”inteligencia artificial”? De entrada, parece ser que, al menos para la Asociación Médica Mundial, parece ser así (de otra forma no estará en el título de la Declaración). Resulta entonces de interés el analizar porqué se utiliza el término de inteligencia aumentada (que es prácticamente tan longevo como el de inteligencia artificial), y porqué se acota al campo de la atención médica (y no, por ejemplo, al de la investigación). El desarrollo de la bioética es todavía más reciente que la historia de la Asociación Médica Mundial, por lo que resulta de interés analizar si los aportes de la bioética soportan la decisión de la adopción de esa terminología, o si por el contrario, podrían apoyar más el uso del término ”inteligencia artificial”.
Deja tu comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.